¡OSCURO CASO DE LUIS COLMENARES!
Así se le vio en una de las últimas fotografías en las
que el joven fue retratado con vida.
Foto: CortesÃa Kienyke.com
Todo inicio una noche, Luis Andrés Colmenares era el ‘diablo’. Ese fue el disfraz que escogió para la fiesta de la noche de Hallowen, en la que él y varios de sus compañeros de la universidad de Los Andes, se programaron en un bar de la zona rosa de Bogotá el 30 de octubre de 2010.
Horas más tarde de la rumba fue encontrado muerto en el caño del parque El Virrey, muy cerca del sitio en donde estaban celebrando.
Según se argumento en las primeras versiones sobre su caso, él salió corriendo en dirección al caño y se quito la vida.
En un país lleno de tragedias y de muertes viscerales, no hubo mucha atención para el expediente de Luis, el caso llego a una apresurada conclusión. Sin embargo, sus familiares y amigos más cercanos no creían en el testimonio que Laura Moreno (su novia) les dio a las autoridades de que Colmenares se había pasado de tragos, por esto se quito la vida arrojándose al pequeño abismo.
Luego de guardar luto y enterrar a su hijo la madre, junto con su familia, se puso en la tarea de investigar más afondo la verdad de los hecho, pues lo dicho por los medios y autoridades durante medio año no la convencieron. El dictamen del Máximo Duque, ex director de Medicina Legal, en el que se concluye que el joven fue asesinado, está equivocado, confrontado con un investigador privado, quien analizo el expediente anterior de la fiscalía que solo contenía la descripción de una sola herida en la cabeza, producto consecuente de la versión del suicidio.
Finalmente se dio la exhumación del cadáver y se emitió un nuevo dictamen con 7 heridas distintas y cortes de piel en nariz, mejilla y mentón. A juicio de estos nuevos hechos se cree que Luis fue sujeto de un asesinato y una muerte lenta y dolorosa.
Son muchas piezas sin embonar en un caso trágico en el que sólo quiere conocerse la verdad. Revela, a su vez, aquellos asuntos que frenan el buen desempeño de la justicia y deja en claro cuanto pudo haberse perdido la verdad en caso de que las victimas fueran, no unas personas con el dinero suficiente para persistir en una investigación por cuenta propia, sino pobres, como lo son la mayoría en este país.
La muerte de Luis Colmenares ha provocado polémica en el país por las circunstancias extrañas en que se presentó: ya que el Juzgado 11 de Conocimiento anunció que las estudiantes de la Universidad de Los Andes, Laura Moreno y Jessy Quintero, serán llamadas a juicio el próximo lunes 27 de febrero. Las implicadas podrían pagar entre 30 y 60 años de cárcel.
La Fiscalía presentará un nuevo testigo que desmiente la versión de las acusadas.
El compañero de estudio de Colmenares, Guillermo Alfonso Martínez, se posiciona como el testigo clave en la investigación al denunciar que había sido víctima de un engaño por parte de Laura Moreno, que es falsa la versión que la implicada y otros testigos entregaron sobre la aparente caída del estudiante al caño del parque El Virrey.
Dentro del proceso, el abogado de Colmenares, Jaime Lombana, y la Fiscalía han destapado varias cartas, una de ellas, la posibilidad de que los escoltas de Laura Moreno estuviesen involucrados en el homicidio del estudiante.
Se reiteró que aquel 31 de octubre de 2010, día en que murió Colmenares, sí había presencia de algunos escoltas, sin embargo no se aclaró a quienes protegían, ya que los guardaespaldas de Moreno no se encontraban en Bogotá la noche de los hechos.
Ante la presunta falta de pruebas de la Fiscalía en contra de Moreno y Quintero, sus abogados solicitaron libertad condicional para sus clientas, petición que el juez 37 de conocimiento decidió negar. Por esto la decisión del juez se estableció al considerar que el proceso se encuentra ajustado a los términos previstos por la ley y al reiterar que se presenta un concurso de delitos, hay más de dos indiciadas y la actuación de la Fiscalía no ha sido negligente en modo alguno.
El caso Colmenares tiene encima a la opinión pública, tanto en Colombia como en el exterior, pues desde hace algún tiempo han rodado por las redes sociales mensajes y fotografías desde varias partes del mundo de personas que exigen justicia por la muerte del joven uniandino. Nos preguntamos, ¿A dónde llegará todo esto? Esperamos que a una pronta justicia, tanto para las víctimas como para los investigados. Por ahora permanece en una nebulosa conjunción de hechos y testimonios nuevos, que dejan en la oscuridad la pérdida de una vida, ya de interés nacional y que deja ver de forma traslúcida los infinitos problemas que hay a la hora de aclarar un hecho en Colombia. Ojalá Luis encuentre no sólo paz en su tumba, sino también justicia en su caso.
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